jueves, 27 de marzo de 2008

Declaración



Estos juegos de guerra cansan. Verte. Descifrar un código. Signos escondidos en tus mensajes, en tu sonrisa, en tus manos. En el brillo de tus ojos. No siempre decodifico correctamente los mensajes y me confundo en medio de bombardeos y trincheras. Sería mejor que fueras clara y sacaras tu Declaración de Guerra o de Amor.

Extraño



Me siento extraño
(suele pasar)
fuera de este mundo, como si nada me perteneciera y fuera un simple observador. Un observador con ganas de actuar y mover piezas claves del tablero que nadie desea mover
(que pasa?)
No se porqué no siento nada, ni felicidad, ni tristeza, ni desesperación, ni tranquilidad.
(demasiado abstracto)
Demasiado ambiguo, me siento como si perdiera parte de mis conceptos y que mis ideas fueran las de otros suplantadas en mi interior. Tal vez sea la indefinición de mis días, tal vez no sea nada más que una alucinación, una proyección de ideas reprimidas.... tal vez sea un reflejo de otra vida... tal vez no sea nada...
(tal vez sea hora de despertar)

domingo, 9 de marzo de 2008

Las tardes nubladas presagian tu llegada



Las tardes nubladas presagian tu llegada. No puedes fallar. Llega la lluvia y te presentas siempre igual, con un impermeable transparente que deja ver su interior, con una serenidad que pocos soportan. Llegas sin paraguas, empapada de agua y soledad.
Entras en silencio y te acomodas en ese incomodo sillón que me regaló un tío hace años. Escoges la música y te sientas a verme trabajar. Mientras leo, mientras arreglo el cuarto, mientras redacto interminables cartas y oficios legales. Me miras detenidamente, en silencio detenido, y se forma un extraño ambiente propicio para no pensar, para no vivir. Un tiempo detenido que sirve para soñar con nada.
Pasas una hora, llega otra y la humedad se escapa de tu ropa, casi siempre concuerda con el término de la lluvia (cuando el torrente no ha parado, sales un momento dejando la puerta abierta y regresas momentos más tarde con la humedad rejuvenecida en ti) La humedad escurre por los recuerdos.
Son los recuerdos que se escurren, y que permanecen en el viejo sillón. Nadie más lo usa, menos cuando descubren la tremenda depresión que provoca, tan llena de remordimientos y de culpas. El sillón antes café ahora se ha puesto gris, como los recuerdos que escurren de tu impermeable transparente.
La lluvia presagia la sequía, presagia tu ausencia. Los días soleados son detestables sabiendo que estarás lejos, sintiendo tu mirada en el viejo y vacío sillón gris, sintiendo tu mirada omnipresente en mí, como un simple recuerdo infantil. Una sensación que no lastima ni alegra.
El cuarto está incompleto sin ti. Siempre llegas con la lluvia y te evaporas con el sol. Llegas en silencio y el silencio nos acompaña cuando apareces. Hay cosas que nunca nos diremos. Es el orgullo el que nos marca, y son las promesas las que nos vuelven a unir.Me resigno a tenerte sólo con la lluvia, entre recuerdos vacíos de razón, me resigno a ver tu anuncio en las tardes nubladas, y a experimentar tu soledad en la lluvia corriente.

Medicina contra el recuerdo



Sigo aferrado a tu recuerdo, esperando a que el sol evapore tu cuerpo etéreo y me quede con un rostro hermoso y tus ideas sensacionales. Te extraño.
Para avivar tus recuerdos, eso se llama sadomasoquismo mental, me he recetado dos cucharadas de poesía. La dosis ha ido variando, primero tomaba a Sabines, la misma dosis y el mismo sabor "...voy a dejar de fumarte, de beberte, de pensarte..." Pero el efecto ya no era el mismo, probé el de los "amorosos" logrando mitigar por momentos la nostalgia. Varié la dosis, dejando que la suerte determinara la cantidad (y el párrafo). Hasta que mi médico (Dr. Ello) sugirió cambiar la medicina o paliativo; entonces experimenté con Benedetti, pero la justicia social y el amor comunista no lograron alivio alguno, con Bequer el tamaño de la herida aumentó. Entonces opté por la medicina naturista desconocida para mí. Versos que parecían hablar de ti, a pesar de que no hubieras oído hablar de ellos. Posiblemente esta distancia propiciaba un acercamiento onírico. Y al final la razón científica no importó. Te volvía a sentir dentro de mis venas y me reconfortaba el sueño.
Han pasado dos largos meses desde que comencé a tomar medicinas contra la distancia tiempo. El saldo no creo que sea bueno. La medicina aleoversística se ha vuelto una adicción incontrolable. Tu ausencia quema mis ansias por verte, por verte de reojo, por olerte aún a dos, cuatro, diez metros de distancia. Un gran vacío queda en mi corazón. Hace tres días que me he abstenido de droga alguna contra ti. Tu recuerdo ha velto y los dolores me sientan bien. Mi mano temblorosa, al fin, se ha decidido a escribir tu nombre y la alegría - e inspiración- han regresado. Regresó Sabines, regresó Benedetti. Porque los traías contigo.
Creo que mejor que la medicina era la enfermedad.

Requinto para Raquel



Llueve.
La humedad sube por mis fosas nasales proyectando imágenes grisáceas donde paseamos bajo una fuerte lluvia, sin paraguas, sin abrigos, sin ropa. Caminamos sobre un puente a medio construir deteniéndonos para ver el paso de un desfile de panaderos en bicicleta inoxidables. Nos miramos largamente y un suspiro embota nuestros pensamientos llenos de nostalgias y sabores…
… el sabor de la amargura que causan las lagrimas ante la ausencia sin sentido que me causas durante semanas, tras las cuales adopto una postura encorvada con los ojos fijos en el sofá amarillo, donde sueles sentarte y pedir que me siente en tus piernas para dejarnos llevar a países inasequibles con las manos, con la lengua, con las palabras, los gemidos.
… el gusto por las gotas de café que empañan los vidrios de un auto-sardina donde viajan enlutados nuestros pensamientos; ‘hace tanto que decidimos dejar de sentirnos para sólo pensarnos en una distancia tan añeja como el ron que suelo elevar en tu honor’.
… degustar tu cuello salado por el sudor que provocan las miradas grises, grises como aquellos días en los que solíamos pasear, todavía de la mano, sin temor de acusarnos de cursis o de melodramáticos a la Coppola.
… saborear las gotas de una bañera que se escapa entre tus piernas a pesar de mi intento esperanzado por capturarlas en tu centro de atracción: tu ombligo.
Y continuamos nuestro camino interminable entre cables rotos y mariposas que esquivan la lluvia que arrecia causando que la temperatura baje a niveles donde la pasión escapa entre las frases incoherentes que me dedicas.. ‘Tienes sed?’ Aún sin responderte sabes que así es, y dejas que beba de tu cuerpo, de los jugos fríos que emite tu fe en el mañana, empapando mi interior.
Llueve.
Pero sólo llueve en la bañera, donde me he detenido a mirar para soñar un breve momento, donde el requinteo de mi mente hace que llueva dentro de mi pantalón, y la humedad sonroje mis mejillas.

Largo Dia



El día más largo, supongo, ha de ser el orgasmo perfecto con la mujer imperfecta. Simplemente delicioso e inverosímil.

Esceptico



Soy un escéptico del amor.
Pero sigo esperando, ansioso, a una hermosa mujer que me libere de las cadenas de mis prejuicios.

Nubes



Te dije que las nubes son una extensión de los sueños, que nos permiten gozar de los detalles oníricos sin tener que cerrar los ojos. Lo entendiste y con ello eliminaste la idea confusa del sexo que tienen las nubes. Pero te empeñaste, como siempre, en exagerar tus ideas.
Hasta hora comprendo el poder de tus fantasías. De pronto he despertado y veo que nunca existieron las nubes, ni el sexo, ni tu....

Sumergido



Si deseara permanecer sumergido en tu asfixiante rutina, podría lanzarme de cabeza y sin pensar entre tus piernas para probar el sabor incoloro de la belleza. Pero sé que faltaría algo: la sinrazón de tus intensiones que podríamos estrellar contra toda buena manera que se nos impusiera. O la eterna simpatía que traen los desvelos martirizantes por soñar que uno no es el único simio en el árbol de frutas. Siempre faltaría algo, te dije. Pero aclaré que el querer abarcar todo es una actitud de codicia humana que el verdadero amor no comparte.... y te quedaste muda, con un beso entre los labios.

Tus ojos


Creo que estoy emborrachándome de tus ojos.
Siento mareos y nauseas.
Pero un deseo indescriptible me impide dejar de beberlos en mi mente.