sábado, 23 de mayo de 2009

Llegar a viejo



Soñaba llegar a viejo, soñaba con los años de descanso a tu lado.
Soñaba con ese futuro venturoso que todos añoramos y que nadie conoce.
Soñaba llegar a viejo.
Deseaba dejar jugar a mis nietos en el patio y consentirlos y reír con ellos. Y de ellos.
Deseaba una vejez conjunta, donde el tu y el yo permanecieran como un todo junto.

Pero te empeñas en alejarte, en separar tus días de los míos.
Te empeñas en estropear lo poco que podemos ir construyendo
lo poco que construimos.
lo poco que aún somos en comunidad.

Soñaba con llegar a viejo.
De pronto me doy cuenta que me alcanzo la vejez sin anticipo
sin aviso
sin recato.
Y no te encuentro
y no te apareces.

Juzgo que los planes cambian,
que las ideas frescas se marchitan
que los sueños se vuelven pesadillas
y que uno, al final, sigue en su propia mecedora
en su mismo sitio
en su lugar.

Cual es tu sitio?
No lo conozco, pero se que no es junto a mi.

Mi vejez no es como la imaginaba